Una carta sensata (copiada de inquisidorpodologico - blog)

Apreciados colegas; a través de vosotros quiero dirigirme especialmente a los presidentes que siguen este blog, puesto que a través de ellos podremos estar enterados de las novedades de la profesión y encontraremos la protección que nadie nos la ofrece.
Yo estoy opinando con la sabiduría de la edad y de la experiencia profesional, he participado en muchos congresos, he hecho varios cursos de especialización etc, pero eso es lo de menos, aquí no vamos a describir nuestros currículos.
En Cataluña tenemos graves dificultades con los colegas que no terminan de aprender las elementales reglas ortográficas, pero…son buenos profesionales, no vayamos ahora a criticarles porque ponen el acento en “pié”, o porque un apreciado colega (excelente profesional) diga “hayga” en lugar de “haya” o escriba “cirujía” en vez de “cirugía”.
Se critica al colega que además de ser Podólogo es Antropólogo, ¿cuántos más son antropólogos? ¿porqué esa envidia?, ese colega no pretende ser Director de una Escuela de Podología, Presidente de un Colegio de Podólogos o de Antropólogos, no pretende tampoco ser Catedrático de Antropología, si no domina una ortografía correcta, no significa que no sea un buen antropólogo, porque podología al parecer no ejerce y nada pinta en ese panorama.
Se presenta un Presidente de un Ilustre Colegio, con nombre y apellido (José Eduardo Buitrago Vicente) públicamente dice que representa a los colegas colegiados de Murcia y se pone a insultar, amenazar e intimidar, pero además a denigrar la profesión incurriendo en lo que él mismo se atreve a “recordar” que no debe hacerse, es decir, transgredir las normas deontológicas e institucionales. ¿Dónde se ha visto eso?, ¿Cómo es posible que un Presidente se dirija a sus colegas y diga “saludos a todos menos a uno”, que se ensañe con los comentarios de los amigos “anónimos” que hacen uso de su derecho a la intimidad y reserva de su nombre en un blog que está diseñado precisamente para eso. Pero este Presidente, públicamente anuncia que ha denunciado o va a denunciar a la Brigada de Policía correspondiente a su propio colega, por el simple hecho de mantener información y noticias en un blog de Murcia. ¿Es que acaso el propio Código Deontológico no prohíbe estos excesos de los presidentes?
Señores Presidentes de los Colegios de Podología de toda España: No os debéis creer dioses ni indestructibles, es mejor que no opinéis con nombre y apellido porque aparte de autodesprestigiaros públicamente, estáis envileciendo a la profesión. Un presidente debe cuidar y proteger a sus colegiados, debe tener una gestión transparente para que nadie ose decir que cometió irregularidades, debe velar porque las cuotas colegiales sean manejadas e invertidas en asuntos de interés general, preocuparse por la actualización de conocimientos, del perfeccionamiento de la profesión y cuando ocurra algún malentendido, evitar a toda costa tribunales y prensa, no hacer apología del delito, ni mancillar el nombre de nadie.

Jamás un presidente puede ponerse a una altura que no le corresponde, pues su deber es proteger a todos sus colegiados aunque algunos le caigan mal de manera personal.

Se habla de la Presidenta del Consejo Nacional de Podología refiriéndose a ella como “la abuelita” ¿es malo envejecer?, lo que me parece malo es que sus propia Junta intentó envilecer su prestigio, no tomaron en cuenta los disgustos que le ha costado representar a todos los colegiados y dar la cara en diferentes lugares que nos toman como un grupo minoritario que solamente nos dedicamos a los cuidados básicos del pie y que competimos con los esteticistas pedicuros. Señores y Señoras colegas, debemos luchar todos por defender el Consejo Nacional y defender y proteger a nuestros representantes.
Intrusismo, palabra que nos afecta a todos, el caso de Madrid nos tiene preocupados pero a ninguno de nosotros se nos ha ocurrido ir a verificar la verdad de este engorroso asunto, es posible que estemos haciéndonos cómplices de un incalificable acto de maldad y envidia, si bien existe una sentencia, también es probable que existan errores, “Lo justo no siempre es legal ni lo legal es siempre justo”.
Os saluda fraternalmente y queda a disposición de cualquier intercambio de opiniones,
María Dolores Fernández Pérez