Diabetes
Las personas que sufren diabetes deben prestar especial atención a su salud, ya que derivadas de su enfermedad, tienen el peligro de desarrollar otras patologías. Una de las partes del cuerpo que deben controlar son los pies, una zona que según la afectación que tenga, puede llegar a provocar incluso una amputación.
El doctor Martín Rueda, podólogo, recomienda qué hacer en el caso de encontrar una anomalía en el pie, aunque solo se perciba a nivel visual, y evitar que pueda desencadenar en algún problema mayor.
Los profesionales hacen especial incidencia en el estado de los pies de las personas con diabetes porque, a raíz de este problema, pierden sensibilidad. El paciente diabético presenta una afectación en los nervios, por eso se ve privado de una mayor sensibilidad. Esto, como es lógico, puede hacer que una pequeña heridita se forme en esa extremidad y que la persona ni siquiera lo perciba. La situación se agrava aún más en el caso de personas que sufren esta enfermedad y que ni siquiera la tienen diagnosticada. Por este motivo es necesario extremar la precaución y vigilar periódicamente esa zona de peligro para que, en caso de riesgo, no se llegue demasiado tarde. Para ayudarse en esa tarea, la persona diabética puede hacer uso de un espejo para controlar el estado de sus pies.
Los podólogos son muchas veces quienes diagnostican una diabetes, sobre todo la de tipo II, a raíz de las consultas por molestias en los pies. En ocasiones algo tan sencillo como la aparición de callosidades puede ser el detonante que diagnostique la enfermedad, callosidades que si no son tratadas pueden derivar en úlceras.
Una vez ha aparecido la herida en el pie, es sumamente importante que el paciente no intente manipulársela. Ni siquiera en el caso de durezas, que muchas veces son limadas o tratadas con tijeras, la persona debe intentar solventar el problema por sí misma. Lo primordial es acudir al podólogo para que sea él, especialista en los pies, quien trate esas anomalías. Sólo él será capaz de entender de qué tipo de lesión se trata y en función de eso, aplicar un tratamiento u otro.
Como ya hemos comentado, la prevención para evitar problemas en los pies es una de las claves. A parte de ser observadores, controlar el calzado que utilizamos es otra de las pautas a seguir. En el caso de personas con diabetes, hay que ser meticuloso al supervisar las costuras internas, que a causa del roce constante pueden producir problemas y acabar generando una herida. También se recomienda no usar zapatos que aprieten porque si esto es así, al final del día el pie se dilata y sufre malestar. Por último, otra de las premisas a seguir es cortarse bien las uñas de los pies. Hay que hacerlo con detenimiento, procurando no hacerse heridas. Para ello las tijeras de punta redondeada serán de gran ayuda. Así se evitarán posibles cortes y pinchazos. También existe la posibilidad de limar las uñas, aunque ante cualquier problemática que aparezca, la mejor solución es, sin duda, acudir a la consulta del podólogo. Nadie mejor que él sabrá cómo tratar nuestros pies.
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